sábado, 12 de julio de 2008

Estereogramas

El estereograma es una ilusión óptica basada en la capacidad que tienen los ojos de captar imágenes desde distintos puntos de vista. Esas perspectivas diferentes son captadas de tal forma por el cerebro, que pareciera ser una imagen tridimensional. Para ver un estereograma, lo principal es entender el resultado esperado. La idea es desenfocar la vista de la imagen, de tal manera que ambas perspectivas sean captadas. Algunos recomiendan mirar al infinito, es decir, fijar la vista en un objeto distante y sin desenfocar, tratar de mirar la imagen. Otros prefieren fijar la vista en un dedo mientras se acerca lentamente hacia la imagen, o tratar de observar el reflejo de la imagen en un vidrio. Depende de cada persona y de su condición visual.
- Los estereogramas tridimensionales son imágenes planas, sin ningún tipo de polarización ni emulsión. Su visualización se realiza sin gafas especiales ni lente alguna, simplemente realizando un pequeño esfuerzo de concentración visual y mental.
- En términos científicos, estas imágenes son conocidas como Single Image Random Dot Stereograms, es decir, estereogramas de punto aleatorio de una sola imagen. En realidad cada una de estas imágenes se componen de una nube de puntos aleatorios, sin ninguna conexión aparente, pero que tras de sí esconden una figura perfectamente definida y que además es visualizada en unas sorprendentes tres dimensiones.
- El descubridor de estas imágenes planas tridimensionales fue el doctor Bella Julesz en los años 60. Durante sus estudios sobre la percepción de la profundidad en los seres humanos, Julesz generó por ordenador pantallas de puntos aleatorios carentes de forma y color, de manera que si la imagen era captada por el individuo, tan sólo podría ser por su profundidad tridimensional, no por su forma o color.
- La clave de la visión estereoscópica radica en cómo el cerebro interpreta las imágenes que son captadas por las retinas de nuestros ojos. Cada uno de nuestros ojos percibe una visión ligeramente diferente del mundo exterior, y el cerebro interpreta las discrepancias aparecidas entre ambas imágenes como una profundidad de los objetos que aparecen en nuestra visión. Si miramos a un objeto cercano con cada uno de nuestros ojos por separado podemos percibir la diferencia entre ambas imágenes. También podemos apreciar que mientras más diferentes sean ambas vistas, más cercano estará el objeto, y a la inversa.
- En una imagen estereoscópica los puntos aleatorios están dispuestos aparentemente al azar, pero siempre cada punto tiene asociado otro punto gemelo, dibujado a una pequeña distancia. El truco de la visión estereoscópica consiste en que la distancia entre los puntos gemelos no es siempre constante, sino que es modificada mediante unos cálculos que representan la profundidad a la que debe ser visualizado dicho punto.
- La visión estereoscópica requiere enfocar la visión por delante o detrás del plano en que se encuentra la imagen, pero de forma que se superpongan cada par de puntos gemelos. Así conseguimos ver una trama en la que todos los pares de puntos asociados coinciden, pero con pequeñas diferencias en algunos de ellos, que el cerebro interpreta como si se encontraran a diferentes profundidades provocando una sensación de visión tridimensional.
Su secreto reside en la capacidad estereoscópica de la visión, es decir, la capacidad de que los ojos capten imagenes desde perspectivas diferentes. La diferencias entre las dos imágenes son interpretadas por el cerebro de forma que se consigue la sensación de tridimensionalidad.
Los RDSs están constituídos por un patron de puntos de aproximadamente cuatro centímetros de anchura situado en la parte izquierda de la imagen que se repite varias veces, con unas ligeras variaciones, hacia la derecha. Las variaciones entre un patrón y el situado inmediatamente a su derecha son las que almacenan la información de la imagen.


¿Cómo ver los estereogramas?
Acercate a la pantalla hasta que casi la estés tocando con la nariz. Despúes alejate lentamente sin enfocar la vista sobre la imagen, como si intentaras ver a través de ella. Cuando tengas la pantalla a una distancia cómoda, mantenete en esa posición sin enfocar la mirada. Intenta no pestañear y pronto aparecerá, como por arte de magia, una imagen en tres dimensines.














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